Este fin de semana dos perros grandes han atacado y matado a un perrito pequeño. Y aparece la asociación muy comprensible de «dueños irresponsables» + «perros maleducados». Y saltan las alarmas y reflexiones sobre la tragedia.
Sobre la irresponsabilidad de los propietarios de seres vivos se pueden hacer diversos másters de 50 años cada uno. ¿Quiénes no los sufrimos a diario?
Sobre la «mala educación de les perres… se me ocurren varias cosas.
Yo defiendo que las especies vienen «de serie» educadas. Incluida la nuestra. Y lo que hacemos según crecen y se relacionan con nosotrxs, en esta estructura patriarcal violenta y prepotente, es justo lo contrario, deseducar. Entiendo la educación natural como esa galería de comportamientos que llevan a la armonía y adaptación en el entorno, evitando siempre que sea posible (riesgo de perder recursos vitales o incluso la propia vida o de algún semejante) entrar en conflicto. Pero incluso cuando no queda más remedio, la educación natural siempre tenderá a minimizar los daños. Sin embargo, la desnaturalizada especie humana, no sólo ignora con soberbia el lenguaje de comunicación global, como es el lenguaje no verbal, si no que lo reprime desde la infancia en nuestra especie y en las demás. Al año de vida, una compañera canina ya es sólo una sombra de lo que fue: le han arrebatado su capacidad de expresarse, sus «señales de calma o alarma», su esencia y habilidades sociales, le han transmitido miedos y asociaciones negativas a todo aquello que, por si misma, tal vez hubiera aprendido a gestionar en seguida y sin consecuencias. A la criatura humana le quedarán aún unos cuantos años más de desaprensivo desaprendizaje (con la excusa de «lo incorrecto», «lo no apropiado» «lo práctico»… no dudamos en enseñar a disimular, mentir o abusar entre otras mil lindezas, con nuestro ejemplo cotidiano).
Vemos por las calles perritas, o bien desatendidas en un mundo adverso, ajeno y hostil, o bien hipercontroladas, hasta el punto de decidir agresivamente por ellas, dónde deben hacer sus necesidades más básicas, qué deben mirar o no y cuándo y cómo deben reaccionar. Luego no se comprende que estas criaturas esclavas tengan comportamientos antinaturales y nos empiezan a estorbar. Nos deshacemos de su cargo en numerosas ocasiones al día, dejándolas desamparadas, reprimida por completo SU IMPRESIONANTE e INCOMPARABLE capacidad de evitar o solucionar conflictos de manera noviolenta, convertidas en pequeños monstruitos neuróticos que luchan como pueden por comportarse tal y como sus humanos IRRESPONSABLES, estúpidos y egoístas les han forzado a ser.
Y otra cosa que pienso es… con las barbaridades y «lobotomizaciones» que les practicamos a estas especies que nos aman y conviven con nosotres, es increíble que no pasen muchas más tragedias cada día. De ahí que me maravillen los esfuerzos ingentes que hacen nuestres esclaves por seguir entendiéndonos, amándonos y acompañándonos. Mientras, los estamos aniquilando de mil formas distintas.
Más humildad humana, más observación, más aprendizaje por nuestra parte. Eso es lo que hace falta.